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Parece que poco a poco a la situación de la maniría musulmana de los rohingyas en Birmania se está convirtiendo ya no sólo en una cuestión de Estado para el Gobierno de este país, sino también para toda la comunidad internacional, como ha dejado claro la última aparición pública de representantes de la Unión Europea.

De hecho, hay que destacar las recientes declaraciones del jefe ejecutivo de la Agencia de Asuntos Exteriores Europea, David O’Sullivan, quien una vez más instó al Gobierno de Thein Sein a “reconocer a la minoría musulmana rohingya”, considerando los conflictos que existen entre ella y la mayoría budista del país asiático.

“La verdadera estabilidad sobrevendrá realmente con la aplicación del estado de derecho y el respeto de los derechos humanos”, señaló el mismo funcionario, que además aprovechó la ocasión y la falta de respuesta del Gobierno de Birmania para citar ley de ciudadanía de 1982, que vela por los derechos de las minorías étnicas.

En el caso de los rohingyas, aunque son unos 800.000 los que habitan en Birmania, la verdad es que se quedan por fuera de la mayoría de los derechos a los que debe acceder un ciudadano común y corriente en este país, sobre todo porque las altas autoridades y cargos están ocupados por los budistas, muy intolerantes con otras religiones y creencias.

Vía e imagen: El Universal
Imagen: Factor Internacional

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