Uno de los atractivos que presenta Birmania a sus visitantes se trata de una antigua construcción perteneciente a la corona de los inicios del país. Nos encontramos frente al Palacio Real de Mandalay, que data en el año 1861, momento en que la capital de Birmania cambió de ser Amarapura a Mandalay con intención de cumplir una profecía.
La maravilla de esta obra arquitectónica se destaca por estar construida con madera de teca y ladrillo, el cual se encuentra recubierto con oro y bermellón; y además la habilidad artística de su imagen y artes manuales que conserva representan la edad dorada de Mandalay.
De esta manera, es importante destacar las principales aristas que tienen que ver con la historia del Palacio Real de Mandalay. Pues nos encontramos frente a los restos de la última monarquía de Birmania, situado en el estado de Myanmar.
Su aspecto muy característico de la zona tradicional de Birmania ofrece un escenario que a su vez se encuentra rodeado por las torres de defensa, murallas y cárcava. Es así como el fortín en donde se encuentra el palacio posee una planta estrictamente cuadrada, donde las paredes que lo recubren fueron elaboradas con ladrillo crudo.
Frente a él, el turista se encontrará con tres puerta en las murallas principales; otorgándole a todo el fortín apartamentos privados, torre de reloj y una torre que se destaca del resto llamada Tooth Relic, la cual, en la antigüedad servía como mirador.
Por otra parte, el apartamento real del Palacio se encuentra realizado en cristal y pese a que gran parte del Palacio fue destruido durante la segunda guerra mundial, en el año 1990 fue reconstruido otorgándosele los lujos que posee hasta la actualidad.
Vía: Siam Trails
Imagen: Asia Viaje