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La Organización de las Naciones Unidas tuvo en esta oportunidad la obligación de interceder en Birmania ante las frecuentes situaciones de violencia sectaria que están ocurriendo.

En este sentido, la entidad mundial manifestó su seria preocupación ante la imparcialidad del Gobierno birmano en lo que concierne a la investigación de las situaciones de violencia que están ocurriendo desde el año 2012 contra la etnia rohingya en el estado de Rakhine.

De este modo, Tomás Ojea Quintana, enviado especial de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Birmania, dijo que las tensiones entre budistas y musulmanes podrían poner en riesgo el proceso de transición ante la democracia birmana. Pues recordemos que se trata de un país que luego de años de dictadura está abriéndose nuevamente al mercado internacional.

Por su parte, Tomás Quintana durante el mes de enero insistió al gobierno de Birmania a realizar una investigación a los recurrentes hechos de violencia sectaria que estaban ocurriendo en Rakhine desde el año 2012, puesto que como consecuencia de ello ya hay un saldo de 200 muertos y más de cien mil desalojados, en su gran mayoría musulmanes.

En estos tiempos modernos, podríamos pensar que la violencia sectaria es un hecho que no debería ocurrir, sin embargo, en Birmania no es así, y sin intención de dar tregua, los enfrentamientos entre budistas y musulmanes se acrecienta cada vez más desde el año 2012 sin una aparente intención de terminar.

Vía: Noticias Terra
Imagen: Euronews

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