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Mucho hemos hablado de forma reciente de la terrible situación que se vive por estos tiempos en Birmania, sobre todo a partir de la persecución que los integrantes de la etnia rohingya de origen musulmán viven a raíz de las cada vez más claras relaciones entre los altos monjes budistas y el Gobierno nacional.

De hecho, aunque ya pasó un año de aquellos disturbios que enfrentaron a budistas y musulmanes en el Estado birmano de Rakhine, entro de la mayoría de los enfrentamientos a nivel nacional, se especula con que unos 140.000 habitantes de Birmania se hallan fuera de sus antiguas viviendas, con pocas chances concretas de recuperarlas.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, además agregó en tal sentido que “la primera oleada de violencia comenzó en el norte de Rakhine el 8 de junio de 2012 y unas 75.000 personas se desplazaron”, mientras que el resto de ellas se movilizaron en su mayoría en octubre pasado, con un recrudecimiento de la situación.

Incluso, lo más llamativo del caso es que muchos de estos integrantes de la etnia musulmana rohingya viven ahora en campos de refugiados en su propia país, y es ese el motivo que ha llevado a que varias naciones del resto del mundo, incluyendo Estados Unidos, le plantearan al presidente Thein Sein la necesidad de encontrar una solución al conflicto.

Vía: Terra
Imagen: Arab News

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