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Está claro que las divergencias manifiestas que existen en Birmania entre representantes de distintas religiones, sobre todo los musulmanes y los budistas, más cercanos al Gobierno, ha propiciado que personalidades que llegan al país desde el exterior, sean mal vistas por algunas de estas comunidades, como sucedió esta semana con un representante de las Naciones Unidades.

En concreto, los medios locales han anunciado por estas horas que Tomás Ojea Quintana, enviado de la ONU al área de Birmania que ha sido asolada por la violencia sectaria entre estas dos civilizaciones con distintas religiones, aunque afortunadamente los ataques se quedaron sólo en un repudio expresado de forma verbal.

El caso es que Ojea Quintana fue maltratado sobre todo por representantes de la religión budista, quienes especialmente le acusaban de ser parcial en la cuestión, y querer favorecer a la población musulmana rohingya, aunque rápidamente el aseguró que estaba dispuesto a prestar su oído a todas las partes involucradas.

Hay que destacar, a pesar de las quejas de los budistas, que decenas de miles de rohingyas huyeron de sus hogares durante la semana de violencia en el estado de Rakhine el año pasado, y no sólo muchos viven en campos de refugiados, sino que además no fueron asistidos por el Gobierno ante catástrofes naturales.

Vía: BBC
Imagen: El Ciudadano

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