En las últimas horas, el ciclón que fuera denominado Mahasen, se ha alejado de los territorios de Bangladesh y Birmania, luego de provocar la muerte de al menos 42 personas, muchas de ellas niños, y daños a miles de viviendas, aunque afortunadamente los saldos han sido bastante menores a los potenciales, según los especialistas.
De hecho, muchas de las víctimas fatales de este fenómeno natural podían haber salvado sus vidas si se hubieran encontrado en tierra firme, ya que se hallaban en una embarcación en la que viajaban miembros de la minoría musulmana de los rohingya, de donde surgieron 31 de los 42 fallecidos, casi todos ellos niños.
Al respecto, la Organización Internacional para las Migraciones, ha indicado que “la buena preparación de ambos países ha permitido evitar más muertes, señalando también que “si este ciclón hubiera tenido lugar hace veinte años, hubiera habido miles de muertos. Hoy, los habitantes ya están abandonando los refugios para volver a casa”.
De todos modos, como anunciábamos en la previa del paso de ciclón y como temían las autoridades locales, los más perjudicados en Birmania por este fenómeno han sido los integrantes de las minorías musulmanas rohingyas, que se encuentran desplazados por sus constantes disputas con la mayoría budista del país.