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En vista de que en Birmania el crecimiento de la población musulmana es diez veces mayor que el de la población budista, el Gobierno de Thein Sein ha desarrollado una serie de medidas especialmente diseñadas para evitar una superpoblación de esta religión en el futuro, aunque de un modo un poco polémico.


En concreto, el hecho es que las familias musulmanas no podrán tener de ahora en más una cantidad de hijos mayor a dos, lo que respecta un decrecimiento significativo si consideramos que algunos de estos fieles aún practican la poligamia en las ciudades de Buthidaung y Maundaw, ubicadas en la frontera con Bangladesh.

La cuestión es que incluso varios representantes del Gobierno han señalado que “uno de los factores que han avivado las tensiones entre musulmanes y budistas ha sido la sensación de inseguridad que ha generado entre muchos budistas el rápido crecimiento del número de musulmanes, que ven como una grave amenaza”.

De todos modos, parece hasta bizarro que el Gobierno de Thein Sein escude su propia incapacidad y la connivencia que muchas veces ha tenido para con los budistas que persiguen musulmanes en el país, especialmente en los siempre mencionados casos con la minoría rohingya, que se encuentra prácticamente separada del resto de la población.

Vía: Info Católica
Imagen: El Diario

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