El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, realizó el domingo una crucial visita a Myanmar para alentar a su Gobierno a implementar nuevas reformas democráticas y apuntalar acuerdos de paz con grupos étnicos rebeldes.
El viaje de Ban es el primero desde que un Gobierno reformista y parcialmente civil asumió el poder hace un año, poniendo fin a cinco décadas de mandato autoritario militar y a frías relaciones con la comunidad internacional.
Su gira coincide con una vista de la jefa de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, para abrir «un nuevo capítulo» en las relaciones, puesto que firmas europeas buscan invertir y beneficiarse de los extensos recursos naturales de la ex Birmania.
Myanmar, que aún es liderada por remanentes de la ex junta militar, ha sorprendido al mundo exterior al aplicar reformas económicas y asumir compromisos sin precedentes con Occidente, la oposición política y grupos rebeldes, medidas que según Ban son alentadoras, pero no suficientes.
«Vemos que Myanmar se está reabriendo al mundo», dijo previamente en Nueva York, pero agregó que «el nuevo comienzo aún es frágil».
Una serie de políticos occidentales, incluyendo a la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, y al primer ministro británico, David Cameron, han viajado a Myanmar en los últimos meses para alentar a sus autoridades a seguir implementando reformas.
Ban arribó a la capital comercial Rangún y está por ver un país que ha realizado cambios impresionantes desde su última visita en julio de 2009 por invitación del líder de la junta Than Shwe, quien fue considerado ampliamente como un obstáculo para mejorar la credibilidad del régimen.
En esa oportunidad Ban dejó el país frustrado y describió su viaje como una «misión muy difícil» al no haber logrado convencer a Than Shwe para que liberara reos políticos ni haber tenido acceso a la premio Nobel Aung San Suu Kyi, que por esos días aún estaba detenida pero fue excarcelada da 15 meses después.
Vía: Reuters
Imagen: Mi Gente Informa