La líder opositora y nobel de la paz birmana, Aung San Suu Kyi, pidió hoy en Bangkok ayuda internacional para mejorar la vida de sus compatriotas y consolidar el proceso de reformas democráticas en Birmania (Myanmar).
Suu Kyi, de 66 años, hizo este llamamiento durante su intervención en el Foro Económico Mundial para Asia Oriental en la capital tailandesa, al que asiste en su primer viaje al extranjero desde 1988. «Lo que queremos es mejorar el estado de Birmania, no beneficiar a un individuo, grupo o organización, sino a todos los pueblos porque en Birmania existen muchas nacionalidades», afirmó la líder opositora.
Vestida con un traje tradicional birmano azul y con una flor con la que habitualmente adorna su cabello azabache, arrancó en varias ocasiones los aplausos del público en un diálogo en el que se expresó de forma fluida y con momentos de humor e ironía. Suu Kyi expresó su preocupación por el futuro de su país, especialmente por los jóvenes desempleados que, dijo, «pierden la esperanza» y pasan los días en los cafés o abusando del alcohol, las drogas y el juego.
«Necesitamos educación básica en Birmania, no me refiero a la educación elemental, sino aquella educación que permite un trabajo digno y que los ciudadanos puedan poner en práctica las reformas del Gobierno», enfatizó la nobel de la paz.
«El desempleo es muy algo en Birmania y eso es un bomba de relojería», agregó. Suu Kyi, que recientemente ocupó un escaño en el Parlamento, se mostró «cautelosamente optimista» con las reformas emprendidas en su país, aunque acotó que tendrá siempre «escepticismo saludable».
En su intervención, habló también de la importancia de la reconciliación nacional entre el Estado y las minorías étnicas en conflicto desde hace décadas y de acabar con la corrupción y reformar el sistema judicial. «Queremos inversiones que beneficien a todos, a los inversores y al país, no para aumentar la desigualdad o para que los privilegiados sean más privilegiados todavía», sentenció.
Vía: Diario vasco
Imagen: Terra